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Al éxito sólo se llega por caminos de esfuerzo. (Ad augusta per angusta)

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domingo, 25 de diciembre de 2011

CON NUESTRAS MEJORES FELICITACIONES




SÍMBOLOS DE LA NAVIDAD:

1. Estrella.

La estrella, que se coloca generalmente en la parte superior del árbol de Navidad, representa el firmamento eterno donde reside la Divinidad y la Fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando así a la estrella de Belén que iluminó el camino de los Reyes Magos.

Simboliza la esperanza y la luz para alcanzar una vida mejor. Tanto sus colores como su número de puntas pueden variar, pero su significado es siempre el mismo.

2. Reyes Magos.

Son sacerdotes magos pertenecientes a la religión de Zoroastro, profeta de la antigua Persia. Sus nombres son Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque San Mateo, en su Evangelio, no lo especifica. Su historia comenzó a escribirse en el siglo III en el "Opus Imperfectum in Mattheum", aunque no se describe la fisonomía tal y como aparecen en la iconografía actual. Lo que se dice son sus edades, comprendidas entre los veinte y los sesenta años, y su raza blanca, negra y amarilla. Lo único que se sabe es que fueron guiados por una estrella que los condujo hasta el pesebre en Belén.

La tradición más difundida cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella (celebérrimamente conocida como La estrella de Belén) que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús).

3. Árbol de Navidad.

A comienzos del siglo VIII un monje benedictino llamado Winfrid, más conocido como San Bonifacio, sintió la llamada de evangelizar los pueblos paganos de Europa Central y, dejando su abadía, marchó a Germania.

Las tribus germanas profesaban la religión escandinava, cuyos ritos celebraban en sus bosques. La predicación no fue tarea fácil, pero San Bonifacio encontró la manera de hacerla asequible a estos pueblos aprovechando sus prácticas religiosas. En una ocasión, ante una multitud que le escuchaba, el monje benedictino mandó talar un árbol y plantó un abeto en su lugar. Explicó a los oyentes que sus dioses, al igual que los árboles que morían cada año, eran caducos, mientras que Cristo, como el abeto, vivía siempre, pues era eterno.

Con la conversión de aquel pueblo se fue creando la costumbre de tener en sus hogares por Navidad un pequeño abeto, con el significado simbólico que les daba la Fe que ya profesaban. Más tarde, ya arraigada y extendida fuera de Alemania esta costumbre, se vio enriquecida con otra tradición de los pueblos eslavos, que llenaban las ramas del árbol con manzanas, símbolo antiquísimo de la tentación y del pecado.

El árbol de Navidad es, pues, la expresión simbólica de Jesucristo que se revistió de nuestros pecados para redimirnos, a la vez que representa la vida eterna por ser de tipo perenne.

4. Regalos.

Hacer regalos es una costumbre heredada del neolítico y con las fiestas del culto solsticial donde se intercambiaban regalos, pudiendo tener malos augurios la persona que no cumplía con el ritual. Como ocurre con otros cultos, la Iglesia no pudo desterrar esta costumbre pero sí la reemplazó por la que existía en Roma el día primero del año, y en la que se simbolizaba que era el niño Jesús quien ofrecía los regalos. Más tarde serían los Reyes Magos quienes distribuyeran los dones.

5. Villancicos.

Estas canciones se remontan a los poemas cortesanos de temática amorosa que a lo largo de los siglos XV y XVI se recreaban en los salones nobles y que más tarde repetía el pueblo llano (canción de villanos). Durante el siglo XVII, los maestros de capilla musicalizaron miles de cancioncillas religiosas y sacralizaron otras para ser cantadas en los maitines de las festividades litúrgicas.

Se mantienen en recuerdo de los profetas que anunciaban el nacimiento de Jesús. En la Italia renacentista surgieron canciones que se acercaron mucho a lo que hoy conocemos como villancicos. El más famoso de todos, "Noche de Paz", fue escrito por el sacerdote Joseph Mohr y compuesto por el organista Franz Gruber en 1818.

6. Campanas.

Su uso y utilización es antiquísimo. La ley mosaica (Éxodo, XXVIII) prescribía que en la parte inferior de la túnica del gran sacerdote del templo deberían estar asidas campanas alternadas con dibujos de granadas. Ello tenía como finalidad el que se oyese venir a tal personaje.

Las campanas que cuelgan de puertas, ventanas o ramas del árbol representan el aviso al pueblo del nacimiento del niño Jesús y la alegría por tal acontecimiento. Antiguamente se decía que eran usadas para ahuyentar a los malos espíritus.

7. Muérdago.

La planta silvestre más utilizada desde la Antigüedad durante el solsticio de invierno es, sin duda, el muérdago. Ya era recogido por los antiguos druidas, que lo cortaban con una hoz de oro. Servía como protector e incluso como medicamento, aunque en grandes dosis puede ser letal. Actualmente, durante la Navidad se cuelga en las puertas como símbolo de suerte y fertilidad. La tradición dice que si un hombre y una mujer se encuentran en una puerta sobre la que hay ramas de muérdago deben besarse.

8. Esferas.

Las esferas de colores, desarrolladas por los sopladores de vidrio de Bohemia del siglo XVIII, simbolizan la abundancia y los dones de Dios a los hombres.

9. Velas.

La tradición de encender velas en Navidad se remonta a cuando la Virgen María trajo al mundo al niño Jesús bajo la luz de una vela en el pesebre de Belén. Simbolizan la purificación y sus llamas se entienden como la representación de Cristo, la luz del mundo. Es un elemento capaz de iluminar nuevas ilusiones y esperanzas de paz.

Las velas llevan acumulada la carga cultural y simbólica de la luz que rompe las tinieblas y las vence ocupando su lugar, de la victoria del bien sobre el mal en sus propios dominios, del triunfo del día sobre la noche, de la victoria metafórica del bien sobre el mal.

10. Flor de Pascua.

Forma parte de la decoración de muchas casas en estas fiestas y el color rojo de sus hojas garantiza suerte y fortuna a sus propietarios.

Esta planta originaria de México fue introducida en Estados Unidos en 1825 por Joel Robert Poinsett. Fue tanta la aceptación que se declaró el 12 de diciembre como su día oficial.

Durante la temporada navideña sus hojas cambian de color y es cuando se forman las vistosas flores. Sus hojas rojas perduran tres o cuatro meses más, razón p or la cual también se le denomina Flor de Pascua.

11. Papá Noel.

Papá Noel es un personaje legendario que, según la cultura occidental, trae regalos a los niños por Navidad. Está inspirado en un obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás que vivió en el siglo IV en Anatolia (Turquía). Cuenta la leyenda que este obispo alivió las necesidades de una familia depositando su fortuna en los zapatos que se encon traban al lado de la chimenea. De ahí la tradición de los regalos.

12. Corona de adviento.

La corona de adviento es una tradición cristiana que simboliza el transcurso de las cuatro semanas de adviento. Consiste en una corona de ramas de pin o o abeto con cuatro velas. Comenzando el primer domingo de adviento, se enciende una de las velas. Durante las siguientes tres semanas se encienden el resto hasta que la semana anterior a Navidad las cuatro velas están encendidas. Simbolizan la dignidad y el poder.

La simbología original es bastante universal y primitiva, relacionada con la muerte y el renacimiento del Sol en invierno. El círculo como símbolo del tiempo reflejado en el ciclo de las estaciones; las ramas, significando la persistencia de la vida a través del elemento vegetal; y la adoración al Sol como origen y fuente de la vida mediante la luz de las velas.

Cuatro velas decoran la corona de ramas verdes, cuyo color se corre sponde con el de las vestiduras del sacerdote a lo largo del periodo de adviento. Tres colores litúrgicos se utilizan en la corona de adviento: el morado, color de profundización espiritual y preparación en las velas correspondientes a las tres primeras semanas de adviento; el rosado, que se usa en la misa de la tercera semana de Adviento para indicar la cercanía de Navidad; y, en algunas coronas de adviento se pone una quinta vela, más grande y de color blanco, que se enciende el día de Navidad. El blanco en liturgia simboliza pureza y tiempo de júbilo, y es usado en los momentos principales del calendario litúrgico: Navidad y Pascua.

13. Ángeles.

Un ángel es un ser inmaterial presente en las creencias de algunas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Según la Biblia, cada estrella tiene un ángel que vela por ella, creencia que soporta la antigua idea de que cada una de las que puebla el firmamento es en sí misma un ángel. Son los encargados de hacer de mensajeros entre el cielo y la Tierra. Simbolizan el amor y la bondad.

14. Piñas.

Las piñas siempre han sido un símbolo esotérico que representa dos factores diferentes: por un lado, el secreto al estar cerradas; por otro, la unidad que debe existir en un grupo o familia. Este símbolo fue uno de los más usados por grupos esotéricos, entre ellos los caballeros del Temple.




La cantante americana Lhasa de Sela, con el conjunto de cuerda que la acompaña, ha sabido captar la frescura y encanto de este villancico español y presentarlo como una pieza de su destacada oferta musical.


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