CIEN AÑOS, CIEN VERSOS
Dedicado a D. Juan Pasquau Guerrero
y al Colegio que dio nombre.
Cien años, cien versos
Colegio Juan Pasquau
en estas lomas de ensueño,
vigía de nuestras albas,
sereno de nuestros sueños
que a infantiles curiosos
alimentas con proyectos;
si cruzas un foso verdegay
surge un castillo de cuento.
Y en un balcón infinito,
las damas, ansían veros
crecer sobres nubes blancas
que galopen sobre el viento
y os dejen con cuidado
donde el Principito es dueño
de un espacio luminoso
con rumor de arroyo fresco.
Viajeros sin equipaje
en cetáceos de hielo,
que saltan de astro en astro
explorando ese universo
de hermosos arcos iris,
dominio de caballeros.
a nuestro gran colegio,
desde ese cielo de libros
y nobles pensamientos,
tórnase de muy buen grado
en guardián de mil luceros.
Al desperezar el sol,
ascua de amor sempiterno,
trae la verdad de su nombre,
de su pluma y su verbo
a pequeños corazones,
inquietos y traviesos,
que bullen por los pasillos
como cometas etéreos,
dando vidas a la Vida
y a Juan sentido cierto.
Maestro Juan Pasquau
cuarenta años ya en lo eterno,
en Úbeda, luz al fondo,
rimando nuestros esfuerzos
con programas digitales,
números, prosas y versos
que llenan nuestros días
y fortalecen deseos
de imitar tu magisterio.
como yo, ahora, te sueño,
que cien años son pocos
para volar sentimientos,
para oír a nuestra Úbeda
cantando por estos cerros
tu nombre de sabio viejo
y escucharlo con orgullo
en boca de estos pequeños.
Cien años para mi Úbeda,
cien años en abril hicieron,
y la nave del tiempo,
que es nuestro Colegio,
trae otra vez a los labios
tu ejemplo de hombre bueno.
Juan que nos diste tu nombre
para ser sobrios viajeros
de esta aventura gozosa
que es crecer en este suelo,
donde madres, profesores
a
una, trazan mil senderos
de luz y agradecimiento
a un nombre que con orgullo,
llevamos en nuestro pecho,
y seguir diciendo alegres
al mundo, somos del Pasquau,
para continuar bebiendo
esas aguas cristalinas
que sacian el entendimiento.
Sí, somos de don Juan Pasquau,
que antaño escribió recto
para ser alguien cabal,
como decían los abuelos,
y para cantarle a Úbeda,
a todo el mundo entero,
que ser de este colegio es
llevar a gala valores
que son, simplemente, eternos.
Sangre libre, sol y luna
corriendo por los cuadernos
brotando de manantiales,
de puro sentimiento
que un no tan lejano día
parió tu pluma en silencio
y hoy son como el olivar,
tesoro imperecedero,
aceitunas de sabiduría,
aceite sabio y denso
que fluye, bravo e ignoto,
dentro de nuestros huesos.
Viva Juan Pasquau Guerrero,
en su humilde centenario,
por siempre, en nuestro Colegio.
P.G.L.
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